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Hay pisos que tienen historia y este es uno de ellos. Hace años al principio de mi carrera como arquitecta trabajaba para una pequeña promotora que compró este edificio para reformarlo, pero la crisis financiera del 2008 supuso un cambio en la manera de invertir y se decidió vender por entidades sin realizar reforma alguna. 

Años después, con un nuevo camino profesional y como socia del equipo de Septiembre Arquitectura, los que habían sido mis jefes se pusieron en contacto, se ve que uno de los pisos no se había vendido porque tenía un alquiler de renta antigua y ahora que ya estaba libre, querían reformarlo. Os confesaré que aquella llamada me hizo especial ilusión, no solo porque se agradece que sigan confiando en el trabajo que hacemos, sino también porque el piso era de aquellos que, a pesar de estar totalmente destartalado y lleno de trastos, tenía alma.

Situado en el barrio de Gràcia, en un tranquilo pasaje con salida peatonal a uno de los pocos parques verdes que tiene la zona, el piso de 105 m2 construidos y situado en un tercero real, respira calidez. La finca es de 1900 y aunque ha sido reformada posteriormente, mantiene ese encanto de suelos hidráulicos y paredes de obra. Subes las escaleras apretadas, donde el aroma a un siglo de historia está presente en cada rincón y al entrar al piso sorpresa! Esa puerta con revestimiento acolchado, muy de casa de mi abuela, techos altos con graciosos artesonados y espacios fragmentados, nos saludan. Los suelos hacen tanta barriga,  que te hace pensar bien dónde caminar.

Lo primero que pensamos fue en respetar el origen del piso. Todo lo que hubiera sobrevivido desde su inicio, mantenerlo. Y todo lo añadido… extraerlo. Un trabajo para desnudar y mantener la honestidad del sistema constructivo y sus detalles originales. El esfuerzo recae en desfragmentar el piso sin perder su esencia, para ello se apea una pared maestra, unificando de este modo los espacios posteriores del piso, destinados a la zona de día, mientras se mantiene prácticamente intacta la parte de la fachada principal. El programa final, recoge tres habitaciones, dos de ellas dobles, dos baños completos, un pequeño espacio de lavadero y un salón comedor con cocina abierta. Todos los espacios fluyen entre ellos, sin estar apretados. La calidez de la luz de Barcelona entra por la mañana por las habitaciones, que disfrutan de una vista privilegiada al mar, mientras que el sol de la tarde baña el salón comedor. 

 

Se enfatiza la materialidad como recurso principal, intentar rescatar esos techos compuestos por revoltones cerámicos y vigas metálicas, se repican las paredes para dejar la obra vista. Por desgracia el suelo es insalvable, los grandes cuencos manifiestan las necesidades de un gran refuerzo estructural y el riesgo de afectarla durante el proceso del derribo es demasiado alto, así que se opta por un parquet natural que potencie esa calidad natural que tiene la vivienda. Los baños se revisten de porcelánico con un formato de 10x10cm, el baño princiapal más grande se viste de color verde, mientras que el secundario, más pequeño, juega con el mismo formato, pero en color beige, potenciando así la sensación del espacio. Todas las estancias se bañan de luz natural y se conectan a través del gran recibidor que mantiene esas puertas de gran altura y vidrios glaseados de colores, que ya son difíciles de encontrar. 

 

La cocina, con un diseño sobrio, pasa a ser la gran protagonista, se organiza en forma de U, creando una gran barra que comunica con el salón. Sigue la filosofía del resto del diseño, textura y color, madera de roble para los muebles altos y lacado verde oscuro para los bajos, de este modo se consigue un elemento protagonista, que se integra a la perfección con el resto de los espacios. 

 

Para finalizar, se cuenta con todo el equipo de The Home Hunter y la colaboración de Somos Nido, que decoran el piso con elementos de mobiliario sobrios, piezas de arte y telas de cálidos colores. Arquitectura y decoración se unen, creando un hogar. Al entrar en la vivienda te invade esa sensación de confort, tan tranquilizante, que invita a quedarse para siempre.

Cliente:
Privado

Equipo:
Septiembre Arquitectura, Sara Baldasano, Maddi Urdampilleta, Damián Figueras, Daniel de Reparaz

Colaboradores:
Aurum Constructora

Photo:
Somos Nido, The Home Hunter

Ubicación:
Barcelona

Año:
2020